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Sala ll Arte Religiosa Europea

La relación del hombre con lo sagrado ha significado en muchas ocasiones el objetivo mismo de la vida. Por esta razón, en la historia del arte se ha considerado de especial importancia el tema religioso, así como en la historia de la humanidad.

En el cristianismo las representaciones de pasajes bíblicos, santos y otras imágenes relacionadas con lo sagrado van dando origen a la evolución de las artes plásticas. Aquéllas figuras hieráticas del arte bizantino y gótico se transformaron poco a poco, y entre los siglos XIV y XVII irrumpieron lo vital, el colorido del paisaje, el dinamismo y el realismo fueron cualidades adquiridas en el Renacimiento, hasta desembocar en el peso de la línea y de la forma que caracterizó el arte barroco europeo del siglo XVII.

El pueblo cristiano tuvo una influencia determinante en el desarrollo del arte religioso al expresar su fe en la veneración de imágenes y actos rituales. Esto significó la necesidad de que la autoridad eclesiástica controlara la temática religiosa a través de la supervisión de las obras y definiendo normas y cánones.

La evolución del arte religioso generó diversos grupos y escuelas con características específicas de acuerdo a la región y a su tradición artística: como es el caso de Italia, Cataluña o Flandes, por citar el origen de las piezas que se exhiben en esta Sala.

Las obras reunidas por don Isidro Fabela ofrecen una breve visión del arte religioso europeo, que se desarrolló entre los siglos XV al XVII y en la que destacan obras de los flamencos Jacob Cornelisz van Oostsanen y David Tenniersel Joven y del italiano Francesco Francia.