La Casa del Risco tiene una larga historia que inicia en el siglo XVI con los frailes dominicos, quienes edificaron una ermita a su santo patrono San Jacinto; fueron los primeros propietarios de la zona donde construyeron un convento y después de varios años rentaron a particulares algunos lotes anexos, entre ellos los terrenos donde se ubica actualmente la Casa.
Posteriormente, los frailes carmelitas llegaron a la zona y, en virtud de que no contaban con permiso de catequizar, hicieron una gran huerta a la orilla del río Magdalena. Cuentan las leyendas que se creó una rivalidad con los dominicos y que cuando los carmelitas llegaron a construir el convento de San Ángelo, para cerrar el del Desierto de los Leones, las bardas construidas en el día eran desbaratadas en la noche por los dominicos.
Después de la partida de los monjes dominicos de la zona, los carmelitas adquirieron sus terrenos, fue así que se nombró San Ángel, por el Colegio del Santo Ángelo, a este tradicional barrio, que fue adquiriendo con el tiempo prestigio y fama. Fue aquí en donde nobles y gente acaudalada construyeron sus casonas para descansar los fines de semana, o pasar aquí las temporadas frescas en el verano.
La Casa del Risco es una construcción del siglo XVIII. Uno de sus primeros moradores fue el capitán don Manuel de León, Ensayador Primero de la Real Casa de Moneda de la Nueva España, que en 1750 adquirió el inmueble y lo acondicionó. De acuerdo a los documentos resguardados en el Archivo Histórico Isidro Fabela, se sabe que después la Casa fue habitada por don Pedro Alcántara del Valle, Juez de la Balanza también de la Real Casa de Moneda.
En el periodo en el que vive don Pedro Alcántara del Valle hay importantes anécdotas de la remodelación de la Casa; por ejemplo, durante la construcción de un segundo piso, el respectivo muro se cargó sobre la pared de los vecinos, quienes exigieron ante el Juez una indemnización. Después de dar fe de que la propiedad de dicha pared era de los vecinos, don Pedro paga la multa impuesta por el Juez.
No obstante, don Pedro solicita que se le venda el muro completo, y no sólo la sección en la que se recargó, pues su intención era subir a un segundo nivel toda la construcción. Su solicitud fue aceptada y se pactó el precio. Por esa razón, la fuente monumental puede haber sido elaborada tanto por su estilo (ultrabarroco, ubicado en el último tercio de siglo XVIII), como por el tamaño (8.10 mts. de altura por 9.50 mts. de ancho), en este periodo en el que se sube a un segundo nivel la totalidad de la construcción.
La historia de la Casa, a través de los títulos, llega hasta 1774, posteriormente se tiene noticias de otros inquilinos, por fuentes indirectas, entre estas se encuentra el testimonio y crónica del libro Historia de San Ángel, de don Francisco Fernández del Castillo, personalidad de fines del siglo XIX y principios del XX.
Fernández del Castillo comenta en su libro que la Casa del Risco o del Mirador fue visitada por el arzobispo Abad y Queipo, enemigo de los Insurgentes; que también vivió en ella el escritor y político, don Manuel Payno y que en 1847 sirvió de hospital para los heridos durante la Guerra de Intervención, y después de cuartel general para los yanquis, asimismo fue el lugar en el que se sentenció a los “patricios” (el batallón irlandés que se unió a la defensa mexicana contra los invasores y que tenía el escudo de San Patricio).
Años más tarde vivieron en este inmueble el licenciado Benigno Payró, un abogado importante y acaudalado; el hijo del Segundo Conde de Ágreda, don José Ma. de Agreda y Sánchez, bibliófilo de finales del siglo XIX y principios del XX; así como, el músico Ernesto Elorduy, quién murió en 1913 y del que hay una placa alusiva en el edificio y cuyos familiares poseen fotografías del cortejo fúnebre saliendo de la Casa del Risco.
Posteriormente, la Casa fue convertida en vecindad durante varios años, con el consecuente deterioro que esto le ocasionó, fue desalojada y puesta en venta en 1931 en virtud de una nueva ley que rescataba el patrimonio colonial y en la que se declaró que “serían considerados monumentos coloniales históricos protegidos por el gobierno federal, aquéllas casonas del siglo XVII y XVIII”, como la Casa del Risco.
Para 1933, don Isidro Fabela adquirió la famosa Casa del Risco, cumpliendo uno de sus anhelos “Quiero vivir en una mansión colonial, en San Ángel, el de gran señorío”.
Desde esa fecha don Isidro Fabela y su esposa Josefina Eisenmann de Fabela, se dieron a la tarea de restaurarla y decorarla como antaño:
“Esta casona del siglo XVII la salvamos de la obra destructora del tiempo. Pusimos en ella el apego casi paternal que se guarda por lo que es propio y el cuidado de nuestras manos para armonizar su moblaje con el estilo que la caracteriza”. Isidro Fabela
Para Isidro Fabela y su esposa significó un viraje dentro de la vida de ambos, pues el rescate de esta joya arquitectónica y su decoración los convirtió poco a poco en coleccionistas de obras del siglo XVII, XVIII y XIX.
Después de varios años, en 1958 decidieron donar al pueblo de México a través de un Fideicomiso del Banco de México su Casa del Risco, con mobiliario, pinturas, esculturas, artes aplicadas, la biblioteca y archivos, convirtiéndose en el primer museo donado por un particular:
“Nuestros propósitos se limitaron a adquirir en subastas europeas –en tiempos de las dos guerras– y de anticuarios nacionales, aquellas obras que nos parecieron gustosas de contemplar no por sus firmas y precios altos, cuanto porque armonizaran con la plástica interior del monumento arquitectónico de la “Casa del Mirador”, como también se la nombraba.” Isidro Fabela
No conforme con ello, el Lic. Isidro Fabela y la señora Josefina Eisenmann propusieron al Gobierno Federal la adquisición del edificio contiguo a la Casa para instalar una biblioteca que contara con todos los servicios, y depositar en esta el acervo bibliográfico que habían reunido:
“Cuanto a mi biblioteca, ella no tiene grandes proporciones, porque si es regular como privada, es muy pequeña como biblioteca pública, pues apenas si llega a los 20,000 volúmenes donde, justo es decirlo, mi esposa aportó los valiosos de Goethe, Heine, Dickens, Schiller, etc.” Isidro Fabela
En 1963 fue inaugurado el Centro Cultural Isidro Fabela, el Museo de la Casa del Risco y la Biblioteca, con la presencia del entonces presidente de México, el Lic. Adolfo López Mateos.
Don Isidro Fabela murió en su casa de Cuernavaca el 12 de agosto de 1964 y su esposa doña Josefina Eisenmann de Fabela en 1971:
“No nos queda sino el anhelo de alargar nuestra existencia pensando en la posible dicha que dimos a vidas ajenas, porque la nuestra ya se funde en un crepúsculo que contemplamos como un ensueño que se va durmiendo.” Isidro Fabela
En el año de 1988 el Banco de México Fiduciario invitó al Gobierno del Estado de México a participar en la restauración, mantenimiento y reapertura del Centro Cultural para brindar mayores servicios al público; en la actualidad es esta entidad quien da el soporte económico y los recursos para su funcionamiento.