Romualdo García ha recorrido mucho mundo desde aquellos años setenta del pasado siglo en que dieron a conocer su trabajo fotográfico un par de libros pioneros. Desde entonces, las muchas ediciones, exposiciones y travesías de sus imágenes sólo han reforzado su fuerte identificación con la ciudad de Guanajuato, donde ahora se exhiben una vez más. Se trata ésta de una muestra sui generis, pues lejos de remitirnos al fotógrafo, nos coloca frente a la creatividad del pintor Pablo Rulfo, autor de estas ensoñaciones en torno a los célebres retratos “instantáneos” captados por la cámara de García.
¿Cuál es la naturaleza de este trabajo además de cierta sorpresa familiar, más allá del reencuentro súbito con una vaga inquietud? Tal vez la trasposición de la inmediatez captada por la fotografía al lienzo que se gesta en la acumulación de tiempo y trazos; tal vez el descubrimiento de que eso que está allá no está del todo aquí, o lo está solo apenas, como un atisbo o un rastro: como una certeza efímera, cambiante y múltiple, perceptible nada más a la mirada de Pablo Rulfo.
En él, en estos cuadros suyos, la contundencia de una fisonomía fotográfica se vuelve tenue bosquejo, la identidad reconocible un rostro enigmático y el componente del clan un individuo que se desprende de los suyos para reivindicar su singularidad. Las mutaciones que efectúa Rulfo suscitan más de una reflexión: el lazo que une o aparta ⎯porque los lazos también apartan⎯ a la representación de su referente, el diálogo entre dos lenguajes diversos pero con un tronco común, y más aún, la fusión genérica que borra las fronteras entre la originalidad y la semejanza, entre la literalidad y la improvisación, y exige del espectador una actitud abierta y alerta a las muchas posibilidades del arte.
Claudia Canales, mayo 2022.
A partir de la primera edición en 1980 del libro de Romualdo García. Un fotógrafo, una ciudad, una época,* con un luminoso ensayo que Claudia Canales, inicié a trabajar con dibujos, apuntes y pinturas sobre las fotografías de Romualdo García, con paréntesis de tiempo largos, retomaba ese tema hasta concebir la idea de preparar una serie amplia de telas en donde los personajes son tratados al tamaño natural.
Posteriormente, cuando la difusión del acervo de Romualdo García se hizo más accesible, decidí trabajar una serie de formatos menores pintados sobre papel de algodón con tintas, temple y en algunos casos grafito, en este caso buscó determinar qué personajes tratar posteriormente, sobre tela en gran formato, realizándose con temple y óleo sobre lino.
En esta serie temática no trato de copiar las fotografías, sino de recrear un espacio, un puente emocional que nos acerque a esas personas. Las considero obras “abiertas” que buscan expresar el impacto que estos personajes me producen al mirarlos, pues hay, independientemente al peculiar cuidado que Romualdo ponía en la composición e iluminación en sus fotografías, un elemento que llama mi atención y este es la “mirada interior” o “introspectiva” que surge en algunos de los personajes retratados.
Imaginar el rumor de los cientos de almas caminar, a lo largo de los años, por la calle de Cantarranas, buscando dejar su rastro fijo en una imagen, como una forma de permanencia y de eternidad…
Pablo Rulfo